jueves, 13 de octubre de 2011

Siempre estaremos ahí.






Cuando miras a una persona la primera vez no puedes imaginarte lo que va a significar en tu vida. Quizás ahí resida el sentido de todo. La amistad es un intercambio recíproco de sentimientos, momentos y experiencias que algunas personas son capaces de ofrecerte en muy pocos días. Los amigos consiguen convertirse en tu huella dactilar, porque sin ellos, no serías nadie. Algunos son imprescindibles como el aire que respiras y otros tan profundos como la sangre que corre por tus venas. Y después está Marité, una huella dactilar, un pulmón, una arteria y, sobre todo, ese latido en tu corazón sin el que no podrías vivir.



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